miércoles, 30 de enero de 2008

Fernando Carlos Redondo Neri








Redondo, redondo barril con..fútbol.





Y así comenzamos... hojeando el legendario cuento del príncipe de las mil maravillas. Aquel que supo ser conde y duque de su exclusiva dinastía gambeteando rivales en un baldosín. Ese copartícipe vip del "hall of fame" del que brotaba distinción. Esa empalagosa y nevada perla que se ganó el pedestal merengue con su delicadeza: Fernando Carlos Redondo Neri.

Un vendaval de categoría sopló y nos arrastró al principio del cuento. Allí cuando ese rapaz muchachito de Adrogué, con la remera adentro y el pelo mojado, bien mojado, desparramaba por las canchas de salón su estilo pulcro, estético y presumido. Fue ese talento natural, made in gambeta y orden, made in casa, el que lo llevó, tan sólo con 15 años, a debutar en la primera de Argentinos Juniors y luego a ser transferido al Tenerife español.


Y a partir de allí el tiempista de los tiempistas se aferró a la más linda y no la soltó. Recorrió el globo con el globo jugando a ser Alfredo Distéfano y fantaseando ser nadie más que el mismísimo Fernando Redondo. Ni por los colores del cielo y el alma resignó su prodigiosa cabellera. Se acomodó las medias en Madrid, se ató los botines en Milán y los dejó hablar en Adrogué, en Ezeiza: en toda la Argentina.



Siguió al frente de la cátedra en silencio y pese al burdo palabrarerío de muchos parlanchines escrutadores de almas y actitudes ajenas. No confió en su izquierda, no tuvo mano derecha y por un pelo fue excluido de la selección. Observó el intrincado crucigrama de críticas que bajó desde su cabeza hasta su fineza, junto a alguna gota de sudor y devolvió un enjambre de consagraciones (1 Copa América, 1 Copa Confederaciones, 1 Copa Sudamericana, 1 Supercopa Española, 1 Copa de Italia, 2 Ligas Españolas y 3 Copas de Europa).



Fue en su apogeo cuando sus cotizadas rodillas de cristal comenzaron a resquebrajarse. Vueltas sin idas que hacían más valedera su presencia y personalidad, que demostraban que su irremplazable fútbol de manual y esa enciclopedia inexpugnable de movimientos armónicos eran la pieza clave de cualquier equipo.



El 19 de agosto del 2000 el ligamento cruzado anterior estalló en calvario, en recuperaciones y posteriores recaídas alargadas durante 26 meses de bronca en los que el Milan no pudo contar con él, ni él con su sueldo, porque así lo quiso. La gracia a pie dijo basta en 2004, el fútbol en estado tangible se cansó de ser el protector de su porte y se hizo sombra.


Con elegancia hasta en los botines rompió sin piedad el cuadro de cualquier artista y se lo adjudicó firmando en el reverso. Movimientos sincronizados y hasta coreográficos que marcaron el son de su ballet cortesano que aún perdura. Una magistral clase interpretada por el miembro mas prodigioso de la familia real, real madrid.

Un no sé quien se viste de blanco y a la espera desde las gradas recuerda que el bailarín ya brindó su mejor vals e hipnotizó a todos con su galantería. A la espera de escuchar alguna vez aplausos similares.

Una afición nostálgica y empecinada se tapa los ojos y un Santiago Bernabeu absolutamente necesitado y harto de siquiera poder ver la estela de su última gran estrella se hace cargo del primer impulso para cerrar esta historia.


Y así culminamos... golpeando la tapa contra la última hoja del cuento del hábil caminador de la cancha, de este alumno con ventaja de la escuela pedagógica, categórica y sutíl. Un mediocampo se desplomará entero y se rendirá a los pies del eterno y vicioso Príncipe del círculo central. Y es que el es el príncipe. El príncipe de pelo largo, con la 5 en la espalda y la redonda bajo la gamuza.

1 comentario:

Pablo Agustín Arbelaiz Fiducia dijo...

muy buena nota mati. un jugadorazo, tendrias que agregar videos. me encanta en la semi de la champions league la corrida que hace por izquierda y le da un pase mágico a Raul. un abrazo nos estamos viendo. Ah salió de AAAJ, la cuna del fútbol mundial.

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