lunes, 18 de junio de 2007

Daniel Delgado


Los amantes del fútbol sabemos que hay cuestiones básicas e ineludibles, que se convierten con el paso del tiempo y la suma de conocimientos en obviedades. Un caso de esos es preguntarse que jugador va a ser mas reconocido, si el que hace los pases o el que mete los goles. Sin lugar a dudas, el que hace los goles. Será porque la tabla de goleadores es mucho mas importante que la de asistencias, porque dirán que está en "racha" y saldrá en todos los medios, o simplemente porque quedará en el score y se mencionará que tal o cual jugador hizo un tanto a tal o cual minuto del juego. Bueno, por lo menos en la mayoría de los casos es así, pero en el de éste personaje no lo fue. Y me salió el tiro po la culata. Claro, él recibía los pases de alguien que iba a ser un poquito importante en la historia del fútbol: nada mas ni nada menos que el jugador mas grande de todos los tiempos.
Un arma con mucha "Pólvora"
Atento, expectante, con la vista clavada en el arco, como buen goleador, y con una tradicional, aunque más modesta de lo normal, cinta de capitán en su brazo, que resaltaba de su manchada camiseta rojiza, Daniel "Polvorita" Delgado, veía a "Pelusa", su compañero de innumerables partidos de fútbol y travesuras, convertir los últimos dos tantos que sellaban el 4-0 con el que "Los Cebollitas", filial del club Argentinos Juniors, obtenían los Juegos Evita 1974, ante el equipo de Misiones.
Treinta y tres años transcurrieron de aquel inolvidable encuentro. Es sabido lo que el destino le deparó a Diego Armando Maradona con su posterior consagración como el mejor jugador del mundo, pero pocos son los que conocen los pasos de aquel capitán y goleador de los legendarios "Cebollitas".
Tras ir escalando en las divisiones de Argentinos Juniors, con los "Cebollitas" ya desmembrados, Daniel Delgado fue cedido al club Argentino de Merlo por un corto lapso. Luego regresó y debutó en la Primera de Argentinos, promovido por Delem, el ex delantero de River y director técnico del "Bicho" en aquel entonces, pero frente a una posibilida única emigró a Europa con rapidez.
Su primer club del exterior fue el conjunto italiano Chievo Verona, en el cual se quedó hasta 1982, ya que después fue transferido al Nola, filial del Nápoli, equipo en el que se desempeñaba Maradona y donde, por fin, la vida volvió a unir a "Polvorita", ya convertido en "Pólvora" y a "Pelusa", ya el mejor, lejos, porque todos los lunes jugaban juntos en partidos que el club napolitano hacía a beneficio del Etiopia.
En 1985 jugó en Catanzaro, y poco después en Pescara. Es importante saber que no pudo jugar nunca en la primera división, porque le faltaban algunos papeles para concretar la ciudadanía. Es decir, talento le sobraba, era un gran jugador, muy astuto. Allí, en Pescara, una fractura de tibia y peroné le cortó la carrera a los 29 años de edad y volvió a Buenos Aires, tras 7 años de ausencia.
Su prematura despedida del fútbol, por aquella lesión, fue un trago amargo en la vida de Delgado, pero pese a eso, él se sentía pleno y felíz, porque había vuelto a recibir, en su paso por Italia, como aquel niño que jugaba en "Los Cebollitas", los pases de ese jugador de otro planeta. Lo importante es que ahora tendremos en cuenta que tras esas descomunales asistencias siempre hubo un gran receptor y goleador, un tipo humilde y genial, quien fiel a su apodo, propulsaba los proyectiles que "Pelusa" le tiraba con su mejor arma.

1 comentario:

Flora - Ex Pupi dijo...

me gusto el de NERI CARDOZO che, soi fortinerta, pero la verdad ree bien cmo lo escribiste todo. me re gusto, los demas no los leei xD

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