sábado, 29 de marzo de 2008
Bellos años
Tema del día: Los caballeros del zodíaco.
Se dibuja una sonrisa
Ese meteoro de pegaso se metió de lleno en algún corazón que contagió al mío y lo bañó de bronce, plata y oro. Lo hizo armadura, torneo galáctico y batalla hasta el final. Lo hizo llanto, asgard y poseídon.
Fueron guardianes no sólo del universo y de Saori, sino de millones de chicos que esperaban ansiosos para pelear, junto a ellos, contra las fuerzas demoníacas. Retumba en mis oídos la melancólica música y me muestra que Shiryu se quedó ciego o que Ikki perdió sus cinco sentidos.
Mis lágrimas emotivas se vuelven a congelar una y otra vez cuando Hyoga visita a su inmaculada madre en la barca del subsuelo del hielo o cuando es salvado por Shun en las doce casas.
Mi cuerpo eleva el cosmos y logra obtener el séptimo sentido cuando la flor negra de Piscis penetra a Andrómeda y el capítulo me deja boquiabierto y con la chocolatada llena. Porque todos nos creíamos caballeros y soñabamos con matar de una buena vez a máscara de muerte en cáncer, con ayudar a recolectar los diamantes de Odín y por qué no? quedarnos con la violácea y bonita Atenea, pero nos despertabamos en el colegio, en el recreo, sin armadura y para colmo todos con el mismo uniforme.
Pasaron muchos muñecos "truchos", pocos originales y demasiados años. Sin embargo no hay puño fantasma que me haga olvidar o ver de otra manera la realidad de lo que para mí fueron los Caballeros del Zodíaco, porque aún hoy, de tanto en tanto, me levanto con el cosmo renovado y le tiro al espejo un último rayo de aurora que se hace polvo de estrellas junto a capricornio y vuelve desde el infinito para instalarse por siempre en la galaxia de mí recuerdo.
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