Lo imposible versus lo inesperado
(por Fabián Casas)
(por Fabián Casas)
El poder de un cyborg, prolijo pero infalible y la mística de un organismo vital, imperfecto. Una mirada a dos estilos deportivos opuestos: Lionel Messi y el Kun Aguero.
Las diferencias surgen ya desde el origen de cada uno. Se puede imaginar, por un lado, la infancia de Messi, construida en los laboratorios cibernéticos españoles. Me lo imagino metido en una cámara aséptica mientras un médico pulcro y completamente vestido de balnco, barbijo incluido, mueve unas palancas metálicas y cromadas que funcionan sujetando al jugador de piernas y brazos y lo estiran, como en una tortura de la Edad Media.
Lionel Messi es como el Terminator que viaja al pasado en Terminator 2 para cargarse a John Connor. Está programado para ir para adelante caiga quien caiga. Si alguien lo destruye o lo desintegra, las partículas con las que está construido se intentan juntar en el suelo atrayéndose mutuamente para volver a formar a Lionel Messi, un jugador que uno recuerda más haciendo publicidades que goles clave en los campeonatos que jugó. Sólo un androide programado puede replicar el gol de Maradona a los ingleses. Y la prueba de que es un robot está en que lo hizo exactamente igual, pero en un partido que no servía para nada.
Por otro lado, está el Kun. Poseedor de uno de los mejores apodos que conozco del fútbol. Un apodo que le puso el abuelo (y acá entra la fábula de la pobre Heidi con el abuelo incluido). Pero el Kun es un muchacho Heidi metal.
Mientras Messi era fabricado en un astillero de máxima seguridad, él comía Guaymallén a granel y corría descalzo por las matas del pasto de Sarandí. Y él sí que hace los goles que tiene que hacer. Como los que le metió a Racing, su archienemigo de Avellaneda, en un partido memorable.
Políticamente incorrecto, el Kun al terminar ese partido se pudo a cantar con sus compañeros este mantra obsceno: "A Racing me lo cojo, a Racing me lo cojo". Las cámaras de TV lo tomaron en ese momento y quedaron estupefactas.
El Kun es así. Es un organismo vital. Hasta se fue a vivir con la hija de Maradona. El, que podría salir con infinidad de mujeres bailanteras y bellas, eligió entrar en la dinastía del caos que, dicen, fue el origen del universo.
Mi filósofo de cabecera. Domin Choi, en su libro Fenomenología de la pelota Pulpo, dice una frase a la que suscribo completamente: "Messi hace lo imposible; el Kun lo inesperado".
Como uno es persona normal que sabe que en la vida hay cosas imposibles- a pesar de Adidas- prefiere lo inesperado que nos regala el Kun. Es como Batman y Superman. Kal- El era un extraterrestre inmortal. Batman, en cambio, era un muñeco perturbado por la muerte de sus padres, sin superpoderes, un tipo oscuro que no tenía en la indumentaria los colores de Estados Unidos. Era el Caballero de la Noche. Era mortal, pero terriblemente habilidoso y certero. Como el Kun.
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